martes, 9 de enero de 2007

Día 9 de enero.

Hoy Miguel Ángel Aguilar ha escrito un muy importante artículo en el diario El País que titula "¿Qué victoria?". Me gustaría reproducirlo completo pero, por razón de espacio, me limito a copiar el último párrafo: "Vayamos ahora al objetivo que todos -de Zapatero a Rajoy- aceptarían compartir: el de la derrota de ETA. Observemos que, como sostiene don Carlos Clausewitz, una victoria [en este caso la nuestra] sólo puede ser alcanzada si está bien definida. La victoria ilimitada es inalcanzable y la ignorancia de ese principio de limitación de la victoria está en la base de las grandes derrotas. Porque hay un punto a partir del cual la explotación del éxito deriva siempre en desastre. Es posible que ETA esté derrotada o que la estemos derrotando pero, enseguida, se ha de tener previsto cómo proceder con los etarras. Porque la derrota no implica exterminio ni mutación de las querencias y afectos que les deparan sus afines".

También Ernesto Ekaizer escribe otro ilustrativo artículo tiutlado "Crónica de un proceso apagado"

Hacia el mediodía saltó la noticia: ETA había enviado a su periódico en el País Vasco el comunicado que se esperaba. Los distintos medios de comunicación lo han ido reproduciendo. Como siempre: asume la autoría del atentado pero de todo culpa a los otros porque ¡claro! no han hecho lo que ellos ordenaban ni han actuado como habían exigido. ¡Han rematado las escasas esperanzas que hubierna quedado después del atentado y las muerte del otro día!

Más que una reflexión, fijo un sentimiento, un deseo: Me gustaría dejar de ver a dirigentes de HB o a "encapuchados" de ETA en los medios de comunicación .... hasta que llegara el día en que anunciaran que han abandonado la violencia y señalan los lugares en los que entregan las armas. Si es que han tenido alguna credibilidad alguna vez, la han perdido y los ciudadanos no necesitamos ni queremos ni leer ni oir sus opiniones, sus aspiraciones. ¡Sólo esperamos el anuncio de que abandonan las armas! Debería ser una estrategia que adoptaran los responsables de los medios de comunicación.

Junto a éste, otro deseo: ¡Que la lucha contra el terrorismo no ocupe el centro de la vida social española! Que con discreción, con reservas, el Gobierno establezca la estrategia de la lucha contra el terrorismo y la comparta con los otros partidos parlamentarios. ¡Qué iluso! Es la esperanza que aún queda.



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