¿Quiénes se merecen aparecer este año en la lista de nuestras celebridades más codiciosas? De hecho podríamos elegir a diez eminencias de la avaricia de entre el personal de cualquier gran banco de Wall Street. ¿Pero por qué perderse toda la diversión?
¿Ha sido alguna vez tan fácil elegir a las diez personas más codiciosas del año? No lo creo. Este año podríamos completar la lista entera sólo con banqueros de Goldman Sachs, o de JPMorgan Chase, o cualquier otro de los gigantes de Wall Street. Todos ellos ejecutivos de gimnasio vestidos de tiburones ochentenos, que prendieron la mecha que hizo volar por los aires la economía global para luego procurarse, después de recibir miles de millones en rescates financieros, pagas y extras de cuantías astronómicas –y todo ello en un momento en el que, en casi la mitad de nuestros estados, alrededor de una cuarta parte de los niños estadounidenses sobreviven gracias a las cartillas de comida–.
Eso sí es avaricia. Pero no es esa toda la historia. Los más codiciosos de la Gran Recesión no sólo se sientan en Wall Street. Ocupan los sillones del poder a lo largo de toda la economía de EEUU. Así que, en este último ranking anual de la avaricia, hemos tratado de repasar todo ese panorama.
¿De dónde viene toda esa codicia? Los seres humanos hemos convivido desde siempre con la avaricia, pero los niveles de codicia varían enormemente entre un u otro momento histórico, y entre una u otra sociedad.
¿Ha sido alguna vez tan fácil elegir a las diez personas más codiciosas del año? No lo creo. Este año podríamos completar la lista entera sólo con banqueros de Goldman Sachs, o de JPMorgan Chase, o cualquier otro de los gigantes de Wall Street. Todos ellos ejecutivos de gimnasio vestidos de tiburones ochentenos, que prendieron la mecha que hizo volar por los aires la economía global para luego procurarse, después de recibir miles de millones en rescates financieros, pagas y extras de cuantías astronómicas –y todo ello en un momento en el que, en casi la mitad de nuestros estados, alrededor de una cuarta parte de los niños estadounidenses sobreviven gracias a las cartillas de comida–.
Eso sí es avaricia. Pero no es esa toda la historia. Los más codiciosos de la Gran Recesión no sólo se sientan en Wall Street. Ocupan los sillones del poder a lo largo de toda la economía de EEUU. Así que, en este último ranking anual de la avaricia, hemos tratado de repasar todo ese panorama.
¿De dónde viene toda esa codicia? Los seres humanos hemos convivido desde siempre con la avaricia, pero los niveles de codicia varían enormemente entre un u otro momento histórico, y entre una u otra sociedad.
No dejes de enterarte quienes son los codiciosos, los sinvergüenzas, digo yo, que han desencadenado esta crisis económica y financiera con tan gravísimas consecuencias para tantos y tantos millones de seres humanos.
Una pregunta: ¿algunos de estos codiciosos está con sus huesos en alguna cárcel? ¿Han comparecido ante algún tribunal de justicia para ser juzgados? ¿Es que su actuación no ha sido delito?
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