lunes, 25 de enero de 2010

De BASURA NUCLEAR

Durante años tuve la oportunidad de contrastar directamente el tratamiento que de los residuos nucleares de baja y media radioactividad hacía ENRESA en la Sierra de Albarrana (El Cabril) provincia de Córdoba. En el año 1984 el Parlamento decidió crear esta empresa pública para gestionar los residuos radiactivos que se producen en España. Su objetivo es tratar, acondicionar y almacenar los residuos radiactivos que se generan en cualquier punto del país. Las aplicaciones de la energía nuclear para la producción de energía eléctrica y la utilización de elementos químicos radiactivos en diversas aplicaciones generan residuos radiactivos. ENRESA también se ocupa del desmantelamiento de centrales nucleares cuya vida útil ha terminado y de la restauración ambiental de minas e instalaciones relacionadas con el uranio. Enresa contactó con las empresas con similares objetivos de Francia, Suecia, Alemania, Inglaterra, ... y adoptó y mejoró las técnicas de tratamiento. Hoy es modelo.

Desde hace unos días se ha abierto el debate para instalar el Almacén Temporal Centralizado (ATC), vulgar e impropiamente llamado "cementerio nuclear" para, como hace ENRESA, tratar los residuos de alta actividad. El mandato para construir un ATC llegó directamente del Parlamento cuando en 2004 el Pleno del Congreso aprobó por unanimidad una moción instando al Gobierno a estudiar los criterios para su instalación. Dos años más tarde, los Grupos apoyaron otra moción (en esta ocasión se abstuvo ERC y IU-ICV votó en contra) por la que se pedía la constitución de una comisión interministerial, encargada de fijar las condiciones que debería tener la localidad que acogiera el cementerio nuclear.

En el inicio varios Ayuntamientos: Yebra (Guadalajara), Campo de San Pedro (Segovia) y Ascó (Tarragona) se han postulado para albergar ese almacenamiento. Otros municipios como Vandellós y Tibias (Tarragona) Merindad de Cuesta-Urría (Burgos) o Bernuy de Porreros (Segovia) han mostrado su interés.

Inmediatamente han comenzado los pronunciamientos del "personal político" ajeno a los propios municipios. Curioso ha sido, como tantas veces, el gallego Rajoy que pretende gobernar este país y al que le tocaría en el caso hipotético que ganara las elecciones decidir sobre el asunto. Ha dicho: “No tengo una opinión fundada” sobre dónde ubicar el cementerio nuclear. "Lo que sí es evidente es que a algún sitio tiene que ir", agregó.

Siguiendo las argumentaciones de la señona Cospedal, del Presidente de Castilla-La Mancha, de Cataluña.... ¿qué hacemos con los residuos nucleares ya producidos y que guardan hasta ahora cada una de las centrales nucleares? Éstas ya tienen sus piscinas saturadas. Por otra parte, si España no retira los residuos acumulados temporalmente en Francia deberá pagar un canon por la prórroga que asciende a 60.000 euros diarios. ¿Tan ricos somos como para permitirnos este dispendio?

¿Les vendemos estas basuras a los países pobres, como algunos proponen? Alguna vez he escuchado propuestas como ésta. O "¡que se tiren al fondo del mar!", decía uno de los manifestantes contrarios a su instalación en su localidad.

Por último, ¿los dirigentes políticos no deberían ser más respetuosos con la autonomía de aquellas instituciones que no gobiernan? ¡Dejen a los alcaldes, a las Corporaciones Locales y a sus vecinos el debate y su decisión autónoma!

En estos días, cuando algunos políticos han esgrimido que su Comunidad ya ha aportado suficiente solidaridad en este asunto, he recordado aquella frase pronunciada por John Fitzgerald Kennedy en su discurso de toma de posesión "No preguntes lo que tu país puede hacer por ti; pregunta lo que tú puedes hacer por tu país.". Esto sí que es solidaridad.

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