En la semana que acabamos de cerrar, ya a las puertas del mes más vacacional, el Presidente Zapaterio ha recibido dos guantazos, no a derechas y a izquierdas, sino con la mano derecha.
Uno provenía de presidente de los empresarios, de la CEOE. El Presidente del Gobierno ha sido muy condescendiente con la patronal y ha esperado demasiado para que se aviniese a firmar el necesario pacto social. A pesar de todo, no lo ha hecho. Se venía venir desde que "a micrófono cerrado" elogió a la Presidenta de la Comunidad de Madrid y cenó públicamente con el Presidente del PP, con Rajoy. Eran signos más que evidentes de que el Presidente de los empresarios se posicionaba claramente con las posturas conservadoras y en contra del Gobierno socialista y la estrategia promovido por éste para salir de la crisis económica sin renunciar a las medidas de protección social.
La derecha política, el PP, no podía tolerar que el Gobierno cerrase este período con dos importantes acuerdos: el autonómico y el social. El primero, a pesar de lo establecido por la dirección nacional del PP, será asumido por las Autonomías gobernadas por los populares. Sin embargo pudieron y torpedearon el acuerdo social. ¡Tome buena nota el Gobierno de esta cúpula patronal!
El otro guantazo propinado al Gobierno ha venido del Presidente del Consejo del Poder Judicial al no ser capaz de cumplir la tarea que tiene encomendada cualquier presidente de un órgano judicial: coordinar y unir las voluntades de sus miembros y así construir una mayoría suficiente para sacar adelante el asunto. El Presidente ha sido incapaz de desarrollar esa tarea y se ha portado como un cobarde: votando para que el Consejo no cumpliera con su deber de emitir el informe solicitado por el Gobierno sobre un proyecto legislativo.
Recordemos que el nombre del Presidente del Consejo fue propuesto por el Presidente del Gobierno para que fuera una figura de consenso. ¡Y como no lo ha sido y como ha sido incapaz de cumplir su tarea debería "irse a casa".
Estos "dos guantazos" deberían servir para que el Gobierno tomara buena nota: la derecha en su conjunto: política, económica y eclesiástica irán poniendo zancadillas al Gobierno para que no llegue al final de la legislatura con los deberes hechos: con la crisis económica irresuelta y sin haber sacado los proyectos legislativos que supongan un cambio cultural más importantes.
Es la conclusión que yo extraigo de esos hechos.
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