martes, 14 de noviembre de 2006

Volver a la infancia.


"Siempre se vuelve a la infancia, al territorio de los juegos y la fantasía, al pasado más alejado de nosotros. ....", dice Josefina Aldecoa en su libro de memorias En la distancia (pág. 21).

Y más adelante (pág. 26): "Todo se fragua en la infancia".


Y en la pág. 30: "Creo en la influencia decisiva de la infancia sobre el futuro de los seres humanos. En mi infancia encuentro explicaciones para el origen de algunas de mis preguntas. Nada ocurre por azar. El azar puro y defintivo es un accidente. Algon inesperado e impredecible que sobreviene y que en un instante cambia nuestra vida. Un accidente físico que nos disminuye en algúan aspecto. o un accidente psíquico que nos marca para siempre. Es es el azar. El resto es destino, carácter, cinscunstancias. Y ahí es donde hay que regresar a la infancia en busca de explicaciones. En mi caso deduzco de mis indagaciónes íntimas que fue el placer del trabajo, el orden exterior y el orden ingtelectual temprano, factores decisivos que pusieron las bases de toda mi trayectoria en el trabjao futuro".
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Ilustro esta entrada con las fotografías realizadas en este verano de 2006 de los edificios en los que estaban las mis dos primeras escuelas: la de Monteagudo de Salinas (Cuenca) a la que fui cuando contaba con cinco años y la de Almodóvar del Pinar (Cuenca) a la que asistí desde los seis a los once años.

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