martes, 7 de noviembre de 2006

El Gobierno de la Entesa de Catalunya

Está ya acordada la constitución del nuevo Gobierno de la Generalitat de Catalunya que formarán el PSC con ERC e IV-LV. Anoche, como tantas veces, como casi todas las noches escuché la tertulia de Hora 25 de la Cadena Ser. Participaban Mendo, Belloch, Ridao y Miguel Ángel Aguilar. La mayor parte del tiempo de la tertulia lo dedicaron a criticar la constitución del nuevo Gobierno acordado. Las mayores y peores críticas procedían de Mendo y Belloch. Sus crítcas no eran opiniones sino "declaraciones de dogmas" desde la derecha más rancia y desde la izquierda más pseudoprogresista. No recuerdo que alguno de los dos emitiera alguna razón clarificadora de por qué otra composición de gobierno fuera mejor para los intereses catalanes y para los intereses españoles.

Sin embargo, coincido con Ridao en su crítica sobre la no observancia por los negociadores de los usos y constumbres, no escritos, pero de obligado cumplimiento, que establece la democracia parlamentaria y que se resume en que las negociaciones para la formación del nuevo gobierno debiera haber esperado hasta la consitución del Parlamento y éstas se deberían haber desarrollado en sede parlamentaria. En la democracia la formas son importantes. Tanto, a veces, como los contenidos.

Ningún gobierno que se hubiera formado habría tenido una aceptación mayoritaria si se tiene en cuenta, como ineludiblemente ha de hacerse, los resultados electorales: ha habido una abstención del casi un 44 por ciento del electorado; ha habido más de 60.ooo votos en blanco, más de un 2 por ciento; todos los partidos y coaliciones han perdido electores excepto IU-LV y ha entrado un nuevo partido en el Parlamento con 3 nuevos elegidos; el Partido que se pronunció en contra del Estatut y que se denomina "republicano" e "independentista" ha conseguido un resultado para estar en todas las "salsas" posible,.....

Aunque no con las mejores formas de la democracia parlamentaria, para mí, los partidos catalanes han acordado la menos mala de las combinaciones posibles.

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