martes, 21 de octubre de 2008

La economía del futuro se tiñe de verde

La economía del futuro se tiñe de verde

Las Naciones Unidas hacían público en septiembre de 2008 su informe" Green Jobs: Towards Decent work in a Sustainable, Low-Carbon World". (Empleos verdes: Hacia el trabajo decente en un mundo sostenible y con bajas emisiones de carbono).

Este es el primer estudio exhaustivo que se lleva a cabo sobre la nueva “economía verde” y su impacto en el mundo del trabajo.


El informe presenta unos datos que evidencian un cambio en los patrones de empleo, y en él quedan reflejadas las medidas que se están tomando en el mundo entero para frenar el cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, cuya consecuencia es la creación de empleos verdes en varios sectores y economías del mundo entero.
Según el informe, empleo verde es todo trabajo de los sectores de la agricultura, fabricación, investigación y desarrollo (I+D), administrativo y otras actividades del sector servicios que contribuye de forma sustancial a la conservación o la restauración de la calidad medioambiental. Esta definición incluye, entre otros, los trabajos que colaboran con la protección de la biodiversidad y los ecosistemas y que aplican una tecnología de alta eficiencia para reducir el consumo de energía, materias primas y agua. También se incluyen los trabajos que “descarbonizan” la economía y minimizan o evitan la generación de toda forma de residuos y contaminación.


Entre las conclusiones del informe se puede ver de qué cuatro maneras va a verse afectado el empleo a medida que la economía se oriente hacia una mayor sostenibilidad:

En primer lugar, en algunos casos se crearán nuevos puestos de trabajo, por ejemplo para la producción y manejo de equipamiento de control de emisiones, que se aplicará a los métodos de fabricación tradicional.

En segundo lugar, algunos puestos de trabajo serán sustituidos: este es el caso del empleo generado por los combustibles fósiles, que serán sustituidos por las energías renovables; o de la producción de vehículos de transporte pesado, que será sustituida por la producción de medios de transporte ferroviarios; los puestos de trabajo en incineradoras y vertederos desaparecerán para dar lugar a nuevos puestos en plantas de reciclaje.

En tercer lugar, algunos puestos de trabajo van a ser eliminados y no serán reemplazados: es el caso de la producción de empaquetamiento y embalaje, cuya utilización será minimizada e incluso prohibida.

Por último, muchos puestos de trabajo actuales (en especial en el ramo de la fontanería, electricidad, trabajadores del metal y de la construcción) simplemente serán transformados y redefinidos por las nuevos métodos de trabajo verdes.

El informe hace especial hincapié en la ética del empleo verde: un puesto de trabajo verde de debe ser decente, ofrecer salarios adecuados y condiciones de trabajo seguras. Debe además ofrecer al trabajador prospección de futuro y ser capaz de garantizarle sus derechos.
Según se afirma en el informe, la riqueza y la dignidad de una persona están íntimamente ligadas a sus puestos de trabajo: un trabajo explotador, dañino, que no cubra las necesidades salariales básicas y que de esta forma condene al trabajador a una vida de pobreza no puede ser tildado de verde.

Hoy en día existen millones de puestos de trabajo en sectores que en teoría apoyan al medioambiente pero cuya realidad del día a día se caracteriza por unas prácticas extremadamente pobres, exponiendo a sus trabajadores a sustancias peligrosas o negándoles la libertad de asociación. Tal es el caso de la industria del reciclaje en Asia o las plantaciones para la producción de biocombustibles en Latinoamérica.


¿Y cuáles son los motores del empleo verde?
La innovación verde ayuda a los negocios a mantenerse en la brecha, manteniendo los puestos de trabajo existentes y creando nuevos empleos. Mientras algunas empresas solamente han modificado sus eslóganes o se han hecho un “lavado de cara” verde, un número cada vez mayor de negocios han apostado por la reducción de su huella ecológica o por la cancelación de sus emisiones de carbono. El volumen de ventas mundial de productos respetuosos con el medioambiente es, según la consultoría alemana Roland Berger Strategy Consultants, de 1 billón de Euros anuales y se estima que alcance los 2,2 billones de Euros en el año 2020.

Con respecto al empleo verde, hoy en día existen unos 300.000 puestos de trabajo en el sector de la energía eólica y unos 170.000 en la energía solar fotovoltaica. Más de 600.000 personas trabajan actualmente en el sector solar-termal, la mayoría de ellas en China. Casi 1,2 millones de trabajadores se estima que emplea la generación de energía proveniente de la biomasa (la mayoría mediante biocombustibles) solamente en cuatro países: Brasil, EEUU, Alemania y China. En general, el número de personas empleadas en el sector de las energías renovables es de unos 2,3 millones. Estas cifras, a causa de una falta de información clara y oficial, se podría asegurar que son inferiores a las reales.
Debido a que la mitad de estos puestos de trabajo se encuentran en el sector de los biocombustibles, en su mayor parte en las plantaciones y recolectas de la materia prima, aunque también en las industrias procesadoras, d
onde los sueldos son superiores, merece la pena llevar a cabo estudios rigurosos que determinen en qué medida los puestos de trabajo de este sector pueden ser considerados como “empleo verde”.
El actual debate
sobre los méritos económicos y medioambientales de los biocombustibles, su contenido energético y su balance energético y la cuestión sobre si su cultivo compite con la producción de alimentos o no, junto con las peligrosas condiciones de trabajo y los bajos salarios de las plantaciones de caña de azúcar y aceite de palma en Brasil, Colombia, Malasia e Indonesia hacen de esta cuestión un punto imprescindible para el estudio.


A medida que avanza una forma de economía sostenible y con bajas emisiones de carbono, es indudable que se crearán cada vez más puestos de trabajo. También es indudable que, aunque el número de puestos creados sea muy superior al de puestos de trabajo que desaparecen, muchos trabajadores van a verse afectados por la reestructuración hacia la sostenibilidad de la economía. Aquellas empresas y regiones que lideren en el campo de la innovación, el diseño y el desarrollo de tecnologías verdes serán capaces de crear y mantener más puestos de trabajo verdes. Pero aquellas comunidades que dependan de combustibles fósiles e industrias contaminantes van a enfrentarse a un importante reto para diversificar sus economías. Los poderes públicos pueden y deben intentar minimizar las disparidades existentes entre los futuros triunfadores y perdedores de la transición que conducirá a una economía verde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Artículo original de Ladyverd