El profesor José Antonio Marina en su libro Aprender a convivir, que en estos tiempos estoy leyendo, dedica un apartado de uno de sus capítulos (pág. 146) a Un problema práctico: ¿Deben votar los adolescentes?
Cuenta el profesor que hace unos meses el Alcalde de Sevilla le encargó un dictamen desde el punto de vista educativo sobre la posibilidad y conveniencia de rebajar la edad de voto en las Elecciones Municipales a los 16 años.
Los redactores del dictamen, el profesor Marina y la profesora De la Válgoma, llegaron en contra de la opinión mayoritariamente que se inclina por una respuesta negativa a una conclusión afirmativa. “Al relacionar inequívocamente la adolescencia con un modo de vida irresponsable, tal vez estemos favoreciendo lo que es una profecía se convierta en realidad. Conviene, por lo tanto, proponer a los jóvenes un modelo exigente, digno y noble. De otra forma, estaremos colaborando a la cultura de la indulgencia, que es el fondo, a pesar de los tintes dramáticos con que se presenta, un sistema de excusas en el que es muy cómodo refugiarse”
Más adelante sigue escribiendo el autor: “La legislación actual reconoce a una niña, a los 13 años, la capacidad de dar consentimiento a relaciones sexuales con una persona mayor, a los 14 se puede reconocer a un hijo, a los 16 termina la tutela educativa del Estado y los adolescentes pueden rebajar y, por tanto, pagar impuestos. A esa edad también pueden independizarse. Sin embargo, negamos a esas personas a las que permitimos tomar decisiones transcendentales para sus vidas, la capacidad de participar en consultas políticas.”
Y termina el autor este apartado de su libro diciendo que en el informe que entregaron al Alcalde de Sevilla le sugerían cambiar el sentido de la investigación. “Lo importante no es preguntar “¿Está una persona con 16 años capacitada para intervenir en las elecciones municipales?”sino “Puesto que los jóvenes, a los 16 años, pueden montar importantes decisiones ¿cómo deberíamos educarles para que también pudieran participar responsablemente en las elecciones municipales?
Una de las dimensiones de la política social del Gobierno Zapataro ha sido la extensión del reconocimiento y ejercicio de los derechos a distintos grupos sociales. Aqué podría encontrar otra nueva dimensión.
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