Hoy me he encontrado en los medios de comunicación dos informaciones. En un primer momento les he dado la importancia y les he prestado la atención que cada una de ellas, por sí y en sí mismas, creo que tienen. Pero después me he dado cuenta de que quizás pudieran estar relacionadas y ser una consecuencia o efecto de la otra.
La primera es la que aparece en El País y además en la primera página y bajo el título de : "Zapatero decidió personalmente mantener los funerales de Estado". La información sigue con el siguiente párrafo: "Fue el propio presidente, José Luis Rodríguez Zapatero quien corrigió en medio del Congreso del PSOE la propuesta elaborada por la dirección para, en su marcha hacia el laicismo, retirar los símbolos religiosos de los espacios públicos y suprimir los funerales de Estado. Zapatero admitió lo primero pero tachó lo segundo horas antes de que fuera a ser votado por los delegados. Los funerales de Estado "son un derecho de las familias que el Estado pone a su disposición", explicaron fuentes del entorno del presidente del Gobierno para justificar la rectificación. Explican que la mayoría quiere que en caso de desgracia sus seres queridos sean despedidos con la solemnidad que confieren los actos religiosos. Estos interlocutores gubernamentales, no obstante, restan importancia a esta supresión porque no altera el objetivo de la dirección del PSOE, cual es, el avance en la laicidad del Estado." Y sobre la desparación de los símbolos religiosos del espacio público se dice: " Sobre el otro punto, la desaparición de los símbolos religiosos, decía: "Se hará de acuerdo con el sentir general de la ciudadanía, porque no es propósito de los socialistas actuar por imperativo legal sino dirigir y acompañar esta evolución de la sociedad". ¡Curiosas explicaciones de ambos hechos cuando en el Congreso del PSOE se ha aprobado avanzar sobre la laicidad del Estado.
La segunda información que hoy aparece en El Plural, aunque parece que ya se adelantó en la emisora de los obispos,la COPE, y es la que titula: Cañizares se ocupará de los ritos de la liturgia en el Vaticano". Tal y como se venía rumoreando en las últimas semanas, el cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, ocupará un cargo en el Vaticano, en concreto el de prefecto de la Congregación del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos. El prelado, que guarda una gran sintonía con Benedicto XVI, se encargará, entre otros asuntos, de los temas relacionados con la liturgia, un punto que ha generado gran expectación, puesto que el Papa ha llevado a cabo algunas acciones que recuperan ritos anteriores al Concilio Vaticano II. Sigue la información en El Plural dando cuenta de los enfrentamiento del cardenal Cañízares con sus colegas los obispos y con el Gobierno socialista de Zapatero.
De la experimentada diplomacia vaticana es esa afirmación de "removeatur ut promoveatur" que quiere decir más o menos: para quitar a alguien del medio, de donde parece inorpotuno o incoveniente que esté, asociándosele. Sabemos que Cañizares es amigo, muy amigo del Papa, Benedicto XVI, del que fue predilecto alumno; que Cañizares es un experto en catequética ... pero ¿habrá querido llevárselo a Roma para quitarlo de en medio de la vida política y eclesiástica de España? ¿Habrá suavizado el Congreso del PSOE su resolución sobre el laicismo como tributo de esta promoción de Cañizares? ¡Quien sabe! Los designios de Dios, como los del Vaticano, son inescrutables.
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