lunes, 19 de febrero de 2007

Estatuto de Autonomía de Andalucía. Resultados del Referendum



Para ayer, 18 de febrero, estábamos convocados a las urnas más de 6 millones de andaluces ( 6.045.560 ), para ratificar el texto del Estatuto de Atuonomía de Andalucía previamente aprobado por el Parlamento de Andalucía y por las Cortes Generales.


Es pertinente, en primer lugar, citar lo que dice el profesor JAVIER PÉREZ ROYO en el artículo titulado "Resultado inequívoco", en El País del día 19 de febrero:


Cuando hay acuerdo y cuando hay acuerdo casi por unanimidad, como ha ocurrido en la tramitación parlamentaria del Estatuto de Autonomía para Andalucía, el referéndum carece de sentido en términos políticos. Lo sigue teniendo en términos exclusivamente jurídicos, ya que la constitución exige que se celebre para que el estatuto entre en vigor.


Pues lo decisivo cuando entran en contacto la democracia representativa y la democracia directa es averiguar si el resultado que se alcanza a través de la primera coincide o no con el resultado que se alcanza a través de la segunda. Y en este caso el resultado del referéndum únicamente admite una interpretación: los ciudadanos no han desautorizado a sus representantes, sino todo lo contrario. Políticamente el referéndum sólo tenía sentido para quienes se oponían al mismo. Para los demás era un trámite. Había que pasarlo y se ha pasado.


Para el referendum los tres partidos políticos mayoritarios de Andalucía: PSOE; PP e IU propugaban el Sí para el texto estatutario. Sólo el minoritario PA pedía el No. Los partidos políticos que propugnaban el SÍ reúnen 104 de los 109 parlamentarios que integran el actual Parlamento de Andalucía. A pesar de esta práctica unanimidad entre los partidos políticos sólo 2.193.497 electores, el 36,28 %, acudieron a las urnas. Los distintos sondeos de opinión que se vinieron haciendo pronosticaban una participación alrededor de la mitad de los electores.


Frente a este dato referido a la abstención hay que dejar constancia que el SÍ fue el 87,45 % de los votos emitidos.


La abstención ha sido el primer elemendo de reflexión y de análies. ¿Qué ha pasado para esta altísima abstenciaón, una de las mayores que se producen? Y como suele ocurrir en estos análisis, los dirigentes de los partidos han comenzado a culparse unos a otros. El PSOE es culpable porque ha promovido una reforma estatutaria que a nadie interesa. EL PP es el culpable porque no ha hecho una campaña convincente para su electorado y éste se ha quedado en casa o ha votado no.


Desde otra perspectiva lo que queda claro es que la actual clase política andaluza en su conjunto no ha sido capaz de explicar, de ilusionar, de movilizar a sus representados por una causa tan noble como es la de dotarse de una nueva norma estatutaria, de su necesidad y conveniencia y de sus contenidos. Los andaluces con el gesto de "quedarse en casa" en esta ocasión de unas elecciones no competititvas y de rivalidad política ha querido demostrar a sus representantes de que entre unos y otros hay una gran separación, desconexión, lejanía. Nos situamos en el punto crítico de la democracia, de la representación: democracia representiva y democracia directa no coinciden.


Sería peligroso que los políticos se siguierna enzarzando en sus peleas, en hacerses culpables unos a otros y no percibir este dato.



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