También la reforma electoral debería establecer otras medidas. Pero este no es el momento de explicitarlas.
El pacto por la crisis requiere modificar la ley electoral: listas abiertas ya
El bipartidismo existente en el país impide tener un gobierno realmente válido y comprometido con la labor política que requiere cualquier sociedad avanzada. La situación económica por la que atravesamos requiere un amplio consenso de las fuerzas políticas para abordar las reformas que hay que llevar a cabo y ponerse a trabajar en serio y todos a una por la estabilidad económica del país.
Para conseguir este consenso, el presidente ha emplazado a todos los partidos políticos a una reunión el próximo jueves con el objetivo principal de alcanzar un gran Pacto de Estado contra la crisis. Este pacto, mucho me temo que se va a quedar en meras intenciones porque a nuestros dirigentes políticos les puede más el electoralismo que la situación actual. ¿Cómo se compromete de verdad a los políticos? Dejando atrás las siglas y permitiendo de una vez por todas las listas electorales abiertas.
En España, todos los partidos cuentan en sus filas con gente muy preparada a todos los niveles. Centrándonos en el área económica, a todos se nos viene una buena lista de nombres que saben hacer las cosas bien. Claro está que para hacer cosas, el interés general debe primar al interés de las siglas y esto rara vez se cumple.
Las listas cerradas y el bipartidismo existente, es un mecanismo contranatura que obliga a los votantes a pasar por el aro a la hora de decidir sobre unos candidatos u otros. Sin olvidar, que los políticos independientes son los mínimos y es imposible presentarse a unas elecciones si no te adhieres a una lista electoral, aunque sea como independiente.
La sociedad no es homogénea y una democracia casi madura como es la nuestra (obviando atropellos Constitucionales) no puede encorsetar a la población en una ideología dirigida en todos los aspectos que conforman la organización política, social y económica de nuestro día a día. Las bases ideológicas se encuentran por los suelos y las sociedades futuras no pueden mantener esquemas obsoletos de pensamiento sin incorporar las nuevas corrientes filosóficas, corregir los errores anteriores y avanzar en el campo eocnómico y social.
Por todo esto, no va a ser posible conseguir un Pacto de Estado contra la crisis o un consenso amplio sobre una determinada postura, porque la ley de la mordaza se impone desde dentro de los partidos y el conocimiento individual se sacrifica siempre por los intereses partidistas. Si Zapatero fuera un presidente valiente, debería coger el toro por los cuernos y reformar desde la A a la Z la Ley Electoral en simultáneo permitiendo listas abiertas. Desde esa posición, mejoraríamos mucho la capacidad política de nuestros dirigentes y por ende nuestro bienestar económico y social.
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