martes, 18 de diciembre de 2007

A los hombres públicos. Antonio Machado


Al hombre público, muy especialmente al político, hay que exigirle que posea las virtudes públicas, todas las cuales se resumen en la fidelidad a la propia máscara. Decía mi maestro Abel Martín- habla Mairena a sus alumnos de Sofística - que un hombre público que queda mal en público es peor que una mujer pública que no queda bien en privado. Bromas aparte – añadía – reparad en que no hay lío político que no sea un trueque, una confusión de máscaras, un mal ensayo de comedia, en que nadie sabe su papel.

Procurad, sin embargo, los que vais para políticos, que vuestra máscara sea, en lo posible, obra vuestra; hacéosla vosotros mismos, para evitar que os la pongan – que os la impongan – vuestros enemigos a vuestros correligionarios; y no la hagáis tan rígida, tan imporosa e impermeable que os sofoque el rostro, porque , más tarde o más temprano, hay que dar la cara.

Antonio Machado

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