jueves, 27 de mayo de 2010

Reajustar los sueldos procedentes de los presupuestos públios

Carlos Carnero, Europarlamentario Socialista, escribe un comentario en su blog que titula Que nadie que cobre de una forma u otra del sector público ingrese más que el Presidente del Gobierno y dice: " Se acaba de conocer el sueldo bruto anual del Gobernador del Banco de España: 200.000 euros, más del doble de la remuneración del Presidente del Gobierno. Más allá de la polémica sobre la falta de transparencia de tal salario, lo que me llama la atención es la cantidad de sueldos de personas que forman parte de órganos constitucionales o entidades dependientes del sector público, en una u otra medida, que cobran más que el Presidente: algo difícilmente justificable. Tengo una idea simple para que las cosas sean lógicas, nada más que eso, lógicas: que se prohíba por ley que las remuneraciones de cualquier miembro de una institución o entidad (incluidas las empresas y las cajas de ahorros) que tengan participacion pública en cualquier nivel y ámbito supere los ingresos del Presidente del Gobierno. Y una cosa más; ya sabemos el sueldo del Gobernador del Banco de España. Pero, por ejemplo, nos queda por saber la remuneración individual (no confundida con las partidas globales) de los miembros de los Consejos de Administración de las cajas. Espero que sea el próximo paso de transparencia. ¡Porque esto es Europa, por Dios!"

Totalmente de acuerdo con la propuesta. Es de escándalo los "sueldazos" que están cobrando algunos "servidores públicos" (???). Y nos venimos enterando precisamente cuando los ciudadanos estamos, por una parte, sufriendo los efectos de la crisis ecónomica: desempleo, inseguridades, incertidumbres.... y, por otra, cuando estamos siendo amenazados por inminentes recortes de salarios, de congelación de pensiones, etc...
Yo algo ya he escrito sobre el asunto. La conveniencia y oportunidad de una propuesta de este tipo no radica sólo en lo económico. Tiene una trascendencia ética y pedagógica tremenda para la opinión pùblica. ¡Escuchen los políticos lo que se comenta en los bares de las ciudades, en los transportes públicos!
Pero si no se atreven a rebajarse sus retribuciones y reajustarla, ¡que al menos tengan la valentía y la decencia de hacerlos públicos para conocimiento de los ciudadanos, de los votantes, de los contribuyentes!

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