Los resultados electorales siempre muestran tantas caras que cualquier partido político o dirigente se puede sentir satisfecho. Nadie pierde; todos ganan, comenta con sorna la gente después de escuchar los análisis de las noches electorales. Salvo excepciones honrosas, también se ha dado esta circunstancia en estas elecciones del año 2008, en las generales y en las andaluzas.
En este comentario no quiero entrar en esas consideraciones de ganadores y perdedores. Para mí los resultados electorales del 9M vienen otra vez a manifestar que el electorado español castiga, rechaza, retira la confianza, de aquellos partidos que llegan a las elecciones con enfrentamientos en su seno, con divisiones o con una imagen de insuficiente cohesión y unidad.
El electorado español rechazó a la UCD cuando sus distintas facciones empezaron a enfrentarse, últimos años de la década de los setenta. El electoral otorga una confianza masiva al PSOE cuando éste ha logrado una organización robusta, unidad y cohesionada. Son los primeros años de la década de los ochenta. Y le retira esa confianza, entre otras razones (corrupción) cuando entran las fracturas y los enfrentamiento en la organización socialista.
Por su parte, el Partido Popular no es votado mayoritariamente, elecciones de 1996, hasta que Aznar lo gobierna con mano férrea y unifica todos los grupos que se reclaman de la derecha.
En las elecciones del 9M de 2008 ha vuelto a repetirse esta constante en el electorado español.
Los partidos que concurrían a las elecciones con divisiones y enfrentamientos en su interior hasn sido duramente castigados por el electorado.
Esto le ha pasado a la Coalición andalucista en Andalucía que no ha conseguido ni representación en el Parlamento de Andalucía. Ciertamente la ley electoral española viene perjudicando a Izquierda Unidad pero con esta misma electoral siempre ha contado con Grupo Parlamentario propio y ha llegado a tener hasta una veintena de diputados. En esta ocasión le ha perjudicado además los duros enfrentamientos habidos en la Coalición.
La división y enfrentamiento dentro de Ezquerra Republicana de Cataluña (ERC) ha contribuido también a la pérdida de representación en el Parlamento de forma que ya no podrá formar Grupo parlamentario.
En la pérdida de votos del PNV no estará también el enfrentamiento entre las dos corrientes existentes en su interior cuya fractura no se ha cerrado todavía?
¿Por qué el PSOE no ha crecido en el País Valenciano y en la Comunidad de Madrid? Persisten los enfrentamientos, la división.
Para mí este hecho, el que el electorado castigue tan duramente a las organizaciones en cuyo interior persistente grupos y diferencias no me parece un valor sino una deficiencia de la cultura política de los españoles heredada de los tiempos del franquismo; es una señal, entre otras y con otras, de que la sociedad española, formada y heredera del pensamiento único, del uniformismo de aquella época, es reticente a aceptar el pluralismo, la diversidad. Y el pluralismo es una señal y una condición de una sociedad democrática.
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