El mismo día en que la jerarquía católica "celebra" la beatificación de casi medio millar de obispos, clérigos, monjas y otros españoles, sólo los de un lado, que fueron asesinados en los primeros tiempos de la guerra civil, El País publica un reportaje con el historiador y sacerdote Vicente Cárcel, de 67 años, que investiga en los archivos ultrasecretos del Vaticano desde hace 40 años. Se narra en el reportaje que "una de las mañanas en que este monseñor obsesionado con la historia encontró una pepita de oro fue cuando halló un telegrama con una nota manuscrita del papa. "Pío XI había intentado que, por caridad, Franco declarase una tregua por Navidad. Y Franco, en un telegrama, había respondido que no, que iba a seguir con la campaña militar prevista, porque parar equivalía a alargar la guerra". Y en ese telegrama, abajo, Cárcel encontró un apunte manuscrito de un Papa cansado de rogar durante años un alto al fuego: "Ya no puedo hacer más. ¡Que Dios se apiade de la pobre España!".
Pues con ese traidor y su régimen colaboró la Iglesia católica española y por éste hecho ahora no quiere pedir perdón.
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