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El plan europeo de movilidad urbana ha decepcionado a los ciclistas europeos y así lo expone la Federación Europea de Ciclistas (ECF):
“Actualmente, son muchas las ciudades que toman conciencia de la bicicleta como parte de la solución a los numerosos problemas de movilidad a que se enfrentan, y que trabajan en la mejora de su política sobre la bicicleta como medio de transporte urbano. Desgraciadamente, la Comisión Europea no ha extraído la misma conclusión y, aparentemente, no está dispuesta a propiciar un aumento de la parte modal de las bicicletas en las ciudades. El órgano ejecutivo de la Unión Europea desea “animar a los ciudadanos a que sean menos dependientes del coche”, “crear una transporte más sostenible (menos CO2, contaminación atmosférica y ruido) y competitivo (lucha contra la congestión de tráfico)”, “tratar las preocupaciones sociales” y “responder a los problemas de salud”. El uso de la bicicleta como medio de transporte coincide con todas estas preocupaciones. Por consiguiente, la Comisión debería apoyar de una forma más enérgica el uso de la bicicleta en las ciudades.
El tratado de Bruselas, firmado en mayo de 2009 por unas 50 ciudades europeas, el Vicepresidente de la Comisión Siim Kallas y el Comité económico y social europeo, propusieron al Parlamento Europeo y a la Comisión Europea los siguientes puntos:
- fijar un objetivo de al menos 15% de la parte modal para la bicicleta en 2020
- crear un puesto de “Gestor de la Bicicleta” en el seno de la administración de la Comisión Europea
- crear un “Intergrupo parlamentario de la Bicicleta” en el Parlamento Europeo
- asignar los presupuestos adecuados para los programas europeos del apoyo financiero a las ciudades y para las asociaciones de fomento de la bicicleta en Europa.
El Plan de acción para la Movilidad urbana es la oportunidad ideal para crear el puesto de “Gestor europeo de la Bicicleta”. La ECF seguirá ejerciendo presión sobre la Comisión Europea para conseguirlo. Solamente un puesto central en la administración puede ayudar a la Comisión a garantizar que las diferentes políticas europeas (en materia de transportes, de desarrollo regional, de medioambiente, de salud y de seguridad en la carretera) no ignora a la bicicleta como una de las soluciones clave para afrontar el urgente desafío de desarrollo sostenible de las ciudades.
Todas las posibilidades pueden y deben ser utilizadas de una forma más rigurosa: los retos económicos, medioambientales y sociales exigen una respuesta consistente que pasa por un mayor uso de la bicicleta en las ciudades”.
Fuente
Plan Mobilidad Europeo
ECF
“Actualmente, son muchas las ciudades que toman conciencia de la bicicleta como parte de la solución a los numerosos problemas de movilidad a que se enfrentan, y que trabajan en la mejora de su política sobre la bicicleta como medio de transporte urbano. Desgraciadamente, la Comisión Europea no ha extraído la misma conclusión y, aparentemente, no está dispuesta a propiciar un aumento de la parte modal de las bicicletas en las ciudades. El órgano ejecutivo de la Unión Europea desea “animar a los ciudadanos a que sean menos dependientes del coche”, “crear una transporte más sostenible (menos CO2, contaminación atmosférica y ruido) y competitivo (lucha contra la congestión de tráfico)”, “tratar las preocupaciones sociales” y “responder a los problemas de salud”. El uso de la bicicleta como medio de transporte coincide con todas estas preocupaciones. Por consiguiente, la Comisión debería apoyar de una forma más enérgica el uso de la bicicleta en las ciudades.
El tratado de Bruselas, firmado en mayo de 2009 por unas 50 ciudades europeas, el Vicepresidente de la Comisión Siim Kallas y el Comité económico y social europeo, propusieron al Parlamento Europeo y a la Comisión Europea los siguientes puntos:
- fijar un objetivo de al menos 15% de la parte modal para la bicicleta en 2020
- crear un puesto de “Gestor de la Bicicleta” en el seno de la administración de la Comisión Europea
- crear un “Intergrupo parlamentario de la Bicicleta” en el Parlamento Europeo
- asignar los presupuestos adecuados para los programas europeos del apoyo financiero a las ciudades y para las asociaciones de fomento de la bicicleta en Europa.
El Plan de acción para la Movilidad urbana es la oportunidad ideal para crear el puesto de “Gestor europeo de la Bicicleta”. La ECF seguirá ejerciendo presión sobre la Comisión Europea para conseguirlo. Solamente un puesto central en la administración puede ayudar a la Comisión a garantizar que las diferentes políticas europeas (en materia de transportes, de desarrollo regional, de medioambiente, de salud y de seguridad en la carretera) no ignora a la bicicleta como una de las soluciones clave para afrontar el urgente desafío de desarrollo sostenible de las ciudades.
Todas las posibilidades pueden y deben ser utilizadas de una forma más rigurosa: los retos económicos, medioambientales y sociales exigen una respuesta consistente que pasa por un mayor uso de la bicicleta en las ciudades”.
Fuente
Plan Mobilidad Europeo
ECF
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